Principales tipos de tarot y sus diferencias: Marsella, Rider-Waite y Egipcio

Aunque el tarot es uno solo, hay distintos mazos que se utilizan según la tradición, el estilo visual o la conexión personal de quien lee las cartas.
Conocer sus diferencias puede ayudarte a elegir cuál se adapta mejor a vos y a tu búsqueda.

¿Por qué hay distintos tipos de tarot?

El tarot nace como un conjunto de cartas con significados simbólicos y arquetípicos.
Con el tiempo, diferentes culturas y autores interpretaron esas cartas con variantes visuales, filosóficas o esotéricas.

Hoy existen cientos de mazos, pero hay tres grandes escuelas que siguen siendo las más elegidas:
el Tarot de Marsella, el Rider-Waite-Smith y el Tarot Egipcio.

Tarot de Marsella

Origen: Europa, siglo XV.

Estilo: dibujo clásico, colores planos, trazos gruesos.

Particularidad: los Arcanos Menores no tienen escenas ilustradas, solo números y palos.

Interpretación: más simbólica y numerológica, requiere práctica.

Ideal para: quienes buscan una conexión con lo tradicional o un enfoque más abstracto.

Rider-Waite-Smith

Origen: Inglaterra, principios del siglo XX.

Creador: Arthur E. Waite, con ilustraciones de Pamela Colman Smith.

Estilo: escenas detalladas en todas las cartas, incluso los Arcanos Menores.

Particularidad: muy visual, fácil de leer intuitivamente.

Interpretación: ideal para desarrollar la intuición y la lectura narrativa.

Ideal para: principiantes y personas que buscan lecturas profundas pero accesibles.

Tarot Egipcio

Origen: reinterpretación esotérica moderna inspirada en el Antiguo Egipto.

Estilo: cartas con jeroglíficos, simbolismo espiritual, conexión con numerología y astrología.

Particularidad: cada carta tiene múltiples capas de lectura, desde lo místico hasta lo psicológico.

Interpretación: compleja, rica en detalles ocultos.

Ideal para: quienes quieren explorar lo iniciático o trabajar en profundidad con símbolos.

¿Cuál elegir?

No hay una respuesta única.
Cada mazo tiene su personalidad, y la clave está en conectarte con el que más resuene con vos.
Muchos tarotistas prueban varios antes de encontrar “el suyo”.

Lo importante no es el mazo, sino lo que hacés con él.