Entrás a una librería especializada (o en un rincón de El Ateneo) o buscás online “mazo de tarot” y aparece un universo. Colores, estilos, tamaños, simbologías distintas… ¿por dónde empezar?
Elegir tu primer mazo puede ser abrumador.
Pero también puede ser la puerta a una conexión muy personal.
Porque el tarot no es solo un conjunto de cartas:
Es una herramienta, una guía, y muchas veces, un espejo.
¿Cuál es el mejor mazo para empezar?
No hay una respuesta única. Pero sí hay algunos clásicos que te pueden ayudar a arrancar con claridad:
🎴 Rider-Waite-Smith
Es el mazo más difundido del mundo occidental.
Fácil de leer, lleno de simbolismo y con una estética que ya se volvió icónica.
Ideal si estás aprendiendo, ya que la mayoría de los libros, cursos y recursos están basados en este sistema.
🃏 Marsella
Más antiguo y con otro tipo de ilustración, menos “explícita”.
Requiere más interpretación intuitiva, sobre todo en los Arcanos Menores.
Muchos tarotistas tradicionales lo prefieren.
💎 Otros mazos temáticos
Hay miles: de gatos, de hadas, de universos mitológicos, feministas, de astrología…
Algunos son bellísimos, pero no siempre son los mejores para aprender.
Si estás empezando, lo ideal es combinar conexión visual con claridad simbólica.
Qué tener en cuenta al elegir tu mazo
🧲 ¿Te atrae?
Sí, tan simple como eso. Si ves un mazo y sentís que te llama, que hay algo ahí… escuchá esa intuición.
📚 ¿Tenés recursos para estudiarlo?
Asegurate de que haya información sobre cómo leer ese mazo (sobre todo si no es un Rider o un Marsella).
Algunos mazos son muy personales y pueden ser hermosos, pero difíciles de interpretar sin guía.
✋ ¿Es cómodo?
Fijate el tamaño, el grosor, el material. Vas a barajarlo, usarlo, tocarlo.
Un mazo incómodo o muy grande puede entorpecer la práctica.
¿Se puede comprar usado? ¿Te lo tienen que regalar?
Hay muchos mitos sobre esto.
Algunas personas prefieren que el primer mazo sea regalado, otras que nadie más lo haya tocado.
La realidad es que lo importante es lo que vos sientas con ese mazo.
Podés limpiarlo energéticamente si lo deseás, con humo (sahumo, palo santo, etc.), luna o intención.
¿Y si me arrepiento del mazo que compré?
Pasa. A veces un mazo que te gustaba en fotos no te convence cuando lo tenés en la mano.
O simplemente, no conectás.
No pasa nada. Forma parte del camino.
A veces tu primer mazo no es el definitivo, sino el que te enseña cómo buscar el siguiente.
Lo importante: que sea tuyo
Tu mazo no tiene que ser el más caro ni el más lindo.
Tiene que resonar con vos.
Y si no es perfecto, no importa. El vínculo se construye con el tiempo, con el uso, con las preguntas, con los silencios.
Elegir un mazo es empezar una conversación con algo más grande.
Y a veces, también con algo muy profundo dentro tuyo.